Un lugar que nos enamoró en nuestra visita a Seúl fue su cementerio nacional. Situado cerca de la estación de Dongiak acoge las tumbas de 165.000 soldados que murieron en la Guerras de Cora y Vietnam.
El cementerio es enorme y los alrededores espectaculares. Las tumbas alienadas forman líneas perfectas, con sus jarrones llenos de flores frescas. Pasear por sus rincones es toda una experiencia que te hace conocer un poco más el carácter de este pequeño país. La solemnidad del lugar, la naturaleza, la calma que se respira, el riachuelo que baja de las montañas. Un trozo de la historia de Corea del Sur y un paseo perfecto para una mañana en Seul.
A mediados de Abril se celebra el Cherry Blossom Festival, donde puedes disfrutar del espectáculo de ver los cerezos en flor, pero en otoño es cuando el cementerio luce especialmente bonito, con sus arboles de hojas caducas que crean un paisaje cromático precioso.